lunes, 28 de mayo de 2012

El mercado Laboral pierde Dinamismo - ElPais

Economía y Mercado


Cayó el empleo en el primer trimestre pero no la tasa de desempleo, ya que el número de quienes desean trabajar lo hizo en mayor medida

El mercado laboral pierde dinamismo

exigencias | Aproximadamente la mitad de los desocupados impone algún tipo de condición a la hora de aceptar un puesto

En momentos en que están por comenzar las negociaciones en algunos Consejos de Salarios, es importante analizar qué es lo que está ocurriendo en el mercado de trabajo y vincularlo a un contexto internacional que se torna cada vez más incierto. Los últimos datos divulgados por el INE señalan que en el primer trimestre del presente año cayó el empleo con respecto a igual período de 2011.
Este es un dato a tener en cuenta en las negociaciones que se avecinan. Al cambiar el contexto internacional, salen a luz una serie de limitantes que los elevados precios de exportación y el crecimiento extraordinario de la economía en los últimos años escondieron. En la fase ascendente del ciclo, los problemas se solucionan más fácilmente.
Desde el punto de vista macroeconómico el salario es el precio no transable por excelencia, y su aumento relativo frente a los restantes precios de la economía en los últimos años es uno de los principales factores que explican el deterioro del tipo de cambio real. En la medida que aumente el tipo de cambio real se observará una reducción en el salario real. Esto es entendible si se considera que al desaparecer las fuerzas de demanda externa y los elevados precios internacionales, quedarán de manifiesto los problemas de competitividad que enfrentan las empresas uruguayas debido a los elevados costos de producción. Para no provocar desempleo, el mercado de trabajo debería acompañarse por una evolución acorde del salario real.
En tal sentido, debería primar la prudencia en las próximas negociaciones. Hay que tener presente que los Consejos que comienzan corresponden a la salud, banca privada y bebidas. Se trata de sectores volcados al mercado interno que, hasta el momento, no han sentido la crisis internacional. Si no se tienen en cuenta los cambios y se acuerdan aumentos elevados, se corre el riesgo de perder competitividad en un escenario económico no tan favorable, con impactos negativos en el empleo en el mediano plazo.
Es tiempo de empezar a vincular los aumentos reales del salario con la realidad de cada empresa, a diferencia de los acuerdos sectoriales que imperan en la actualidad, que obligan a todas las empresas del sector a otorgar los mismos ajustes mínimos, cuando no necesariamente la realidad de todas ellas es la misma.
NÚMEROS. La tasa de empleo, que mide el porcentaje de aquellos mayores de 13 años que cuentan con un empleo, se ubicó en promedio en 59,5 durante el primer trimestre del presente año. Comparado con el mismo período de 2011 se constata un descenso del 0,6%. En números absolutos, tal caída se puede estimar en aproximadamente 8.000 puestos menos de trabajo entre uno y otro período.
En el Gráfico N° 1 se muestra la evolución de la tasa de empleo. Se observa allí que durante el pasado año, hasta el mes de octubre, el mercado laboral se presentaba muy dinámico. Prácticamente a lo largo de todos esos meses, la tasa de empleo superaba a la de doce meses atrás. Pero en los dos últimos meses de 2012 se detiene la tendencia alcista. Desde entonces, la evolución ha sido errática con una tendencia a la baja.
Hay varios factores que ayudan a explicar este comportamiento. En primer lugar, el enlentecimiento que muestra la economía. Durante los tres primeros trimestres de 2011 la economía creció a una tasa del 6,5% anual, que se redujo al 3,5% en el último cuarto del año. Los indicadores indirectos disponibles señalan que en el primer trimestre de 2012 la economía creció a un ritmo menor que en el pasado. Ante un crecimiento más lento y, en particular, ante expectativas futuras negativas respecto a la marcha de la economía, tal como se desprende de la encuesta de la Cámara de Industrias, no debe extrañar el enlentecimiento observado en el mercado laboral.
El enlentecimiento que muestra la economía responde al contexto regional y mundial. La industria manufacturera es uno de los sectores que más se ha visto afectado por la nueva realidad, al punto tal que la ocupación cayó 2,6% en el primer trimestre del presente año respecto a igual período de 2011.
La temporada turística de verano también influyó en el nivel de empleo. Estacionalmente, los meses estivales son los de mayor nivel de empleo debido a una serie de actividades que tienen en ese período su pico de actividad. La información que se ha divulgado indica que la temporada fue menos exitosa que la anterior, lo que incidió sin duda en el empleo.
Los números surgen de la Encuesta Continua de Hogares (ECH) del INE y llegan hasta el mes de marzo. Recientemente, fue divulgado el Índice de Demanda Laboral que elabora Ceres correspondiente al mes de abril. En dicho mes habría aumentado por segundo mes consecutivo la demanda laboral tras cinco meses consecutivos de caída. La caída coincide con el menor nivel de empleo que se ha analizado hasta el momento. El aumento de los últimos meses podría estar indicando un cambio en la tendencia.
De todas formas, hay que ser muy cuidadoso al interpretar este índice como el propio comunicado de Ceres así lo indica. En primer lugar, se trata de un relevamiento de la demanda por puestos de trabajo en base a los avisos clasificados publicados en la prensa. Pero no tiene en cuenta las bajas que se dan en las empresas. En la etapa ascendente del ciclo económico ambas variables evolucionan de forma similar. Pero no necesariamente ocurre lo mismo cuando cambia el ciclo. Habrá que esperar para ver qué sucede en el mercado laboral en los próximos meses y cómo responde la economía ante un contexto internacional cada vez más incierto. Todo hace prever que el mercado laboral no retomará los bríos del pasado; el aumento de las solicitudes al seguro de desempleo así lo estaría indicando.
OFERTA. Pero el descenso en el empleo no solo responde a la menor demanda de parte de las empresas, sino que también hay que analizar lo que acontece con la oferta. En el Gráfico N° 2 se muestra la evolución de la tasa de actividad, que refleja el porcentaje de los mayores de trece años que desean trabajar, una aproximación a la oferta laboral de la economía. Se observa allí que en los últimos cinco meses la cantidad de uruguayos con deseos de trabajar es inferior a la registrada un año atrás. Se puede estimar que durante el primer trimestre de 2012 la oferta laboral se redujo en 19.000 personas.
Este comportamiento tiene una explicación. De los distintos datos que divulga mensualmente la ECH se desprende que es el empleo juvenil el que más se ha visto afectado en los últimos meses. El enlentecimiento de la economía lo explica en parte.
Pero también hay que tener en cuenta el costo de oportunidad que tiene el trabajo para muchos jóvenes. La economía está creciendo a un ritmo más lento, pero sigue creciendo. De hecho, el ingreso de los hogares continúa aumentando, y las cifras del consumo son una prueba de ello. Al recomponerse el ingreso de los hogares, el salario del jefe de familia es suficiente y ya no es tan necesario el salario extra que en épocas de crisis aportan los hijos.
En este contexto de ingresos crecientes, los segundos ingresos del hogar ya no están dispuestos a trabajar por cualquier salario. Si bien el mercado laboral en los últimos años se mostró muy dinámico, lo que permitió una mejora de los salarios reales, la gran mayoría de los salarios que se pagan son relativamente bajos, los denominados "diez mil pesistas" en referencia al nivel de remuneraciones que perciben. En momentos de bonanza (a nivel de los hogares aun no ha llegado la percepción del enlentecimiento económico) ante bajas remuneraciones, hace sentido que disminuya el "interés" por trabajar, o que se prefiera esperar hasta encontrar un trabajo mejor.
El Gráfico N° 3 nos da otra perspectiva que ayuda a entender este fenómeno. Cada vez son menos los desocupados que ponen condiciones a la hora de buscar un trabajo. Es más, en las últimas mediciones de la ECH se observa un pequeño aumento en la duración media del desempleo. En diciembre y enero se situó en 6 semanas, subió a 7 en febrero y a 8 en marzo.
De la evolución de los ingresos de los hogares en los próximos meses dependerá el comportamiento futuro de la oferta laboral.
De la interacción entre la tasa de actividad y la de empleo surge la tasa de desempleo. Como en el primer trimestre del presente año la caída de la tasa de actividad fue mayor a la de la tasa de empleo, cayó la tasa de desocupación a niveles históricamente bajos, tal como se observa en el Gráfico N° 4. Dado el contexto internacional, es muy probable que asistamos a un aumento de la tasa de desocupación en los próximos meses.

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